El Mirandés de los retales, con el milagro en sus manos

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Con solo diez jugadores a dos semanas del inicio de la liga de Segunda y tras suspender amistosos por falta de efectivos, el equipo burgalés cerró 15 cesiones para poder competir

Es segundo clasificado y depende de sí mismo para ascender a Primera a falta de dos encuentros

Joaquín Panichelli celebra uno de sus goles.

Joaquín Panichelli celebra uno de sus goles.

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A dos semanas del inicio de la temporada 2024/25, la plantilla del Mirandés constaba de solo diez jugadores. El amistoso previsto ante el Mallorca el 3 de agosto —a 13 días del inicio liguero— fue suspendido por falta de efectivos del club burgalés. Finalmente, gracias quince acuerdos de cesión (de las canteras vascas fundamentalmente, pero también del Villarreal y del Girona), el equipo jabato, que en junio de 2024 salvó la categoría en el último suspiro, logró conformar un equipo suficiente para, se esperaba, lograr el objetivo de mantenerse en Segunda.

Ese equipo de retales dirigido desde el banquillo por el italiano Alessio Lisci, con 65 partidos como toda experiencia como entrenador profesional, tardó siete encuentros en perder su primer compromiso. En la jornada 16 entró en zona de playoffs y ya no salió de ella. Dos rachas de cuatro victorias consecutivas —la segunda de ellas todavía abierta— reforzaron la confianza del grupo, que en dos ocasiones, en la jornada 27 y en la 30, tocó el liderato de la categoría. Y a dos partidos para el final es segundo, pendiente de recibir al Almería y visitar al colista en la última jornada. El Mirandés, por cierto, solo ha perdido un partido en casa en todo el curso.

Máximo común múltiplo

El principio del milagro burgalés fue dar continuidad a jóvenes que venían demandándola. No en vano, el Mirandés es el equipo con menor media de edad de la categoría: 25,3 años. En Miranda de Ebro, Juan Gutiérrez, suplente del suplente hace un año en el Racing de Santander, se ha convertido en titular y en máximo asistente del equipo. Panichelli, que había marcado un gol en tres años, lleva ya 20 tantos. Y el txuri urdin Gorrotxategi, con solo dos años de experiencia en 1ª RFEF, tiene trazas de Xabi Alonso.

Con un presupuesto de 14,2 millones de euros —cuatro veces que el Almería, sexto clasificado—, tal vez, como le ocurrió al Eibar, su caso sea objeto de estudio en prestigiosas escuelas de negocios. Pero será difícil de explicar sobre una tabla de Excel como un equipo que en conjunto suma 240 partidos y 13.500 minutos de experiencia en las categorías máximas de diferentes países ha tejido un grupo tan consistente. Es menos experiencia, por ejemplo, que la que acumula el exespanyolista Leo Baptistao, hoy en el Almería, por sí solo: 263 partidos y más de 17.000 minutos. No le pregunten a la inteligencia artificial: el Mirándés es, ante todo, el triunfo del factor humano.

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sergio heredia
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En dos semanas, el equipo improbable puede ser equipo de Primera División. Lo consiga o no, su epopeya es la de los equipos que vencen en la batalla de nuestros recuerdos, una lucha que se libra entre silencio y sombras. En dos semanas tal vez hablemos del Numancia de la Copa, del Girona de Champions, del Villarreal de Riquelme… y del Mirandés de los retales.

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