Suez pierde la guerra en el mar

Visión global: Egipto

Egipto pierde 800 millones de dólares mensuales desde el inicio de la crisis en el canal de Suez, por donde a día de hoy transitan menos de la mitad de barcos que antes de la guerra, en su mayoría buques chinos y rusos

ISMAILIA, EGYPT - JANUARY 10: People watch as a ship transits the Suez Canal towards the Red Sea on January 10, 2024 in Ismailia, Egypt. In the wake of Israel's war on Gaza after the October 7 Hamas attack on Israel, Houthi rebels in Yemen pledged disruption on all ships destined for Israel through the Red Sea's Suez Canal. The disruption on world trade is evident in the number of companies using this container ship route - a 90 per cent decline compared to figures one year ago. (Photo by Sayed Hassan/Getty Images)

Egipcios contemplando el paso de los pocos cargueros en el canal 

Sayed Hassan / Getty

El “Signalgate”, el escándalo del grupo de alto nivel del gobierno estadounidense en el que fue añadido, por error, un periodista de The Atlantic , situó en el mapa a los hutíes de Yemen y su importancia en las rutas de comercio global. Mientras los principales responsables de la seguridad nacional norteamericana ajustaban los tempos para atacar Saná, Stephen Miller, uno de los hombres de confianza de Trump, daba su visto bueno a la ofensiva: “Luz verde, pero pronto dejaremos claro a Egipto y Europa lo que esperamos a cambio”, escribió Miller.

Ansarulah, la milicia chií que controla la mitad de Yemen, se unió al conflicto con Israel en noviembre de 2023, tan sólo un mes después de los ataques del 7 de octubre de Hamas. Con el apoyo militar de Irán, el grupo anunció que atacaría cualquier buque que tuviera como destino los puertos israelíes. A pesar de contar con un poder de fuego limitado, los hutíes controlan el ajetreado golfo de Adén y el paso de Bab el Mandab, la única vía de acceso al mar Rojo y al canal de Suez.

“Sólo el 3% del comercio de EE.UU. pasa por el canal”, dijo JD Vance en el chat del ‘Signalgate’

Esta ruta, por la que antes de la guerra pasaba el 12% del comercio mundial, es la conexión marítima más rápida entre los puertos chinos y los europeos. Sin embargo, una vez estalló el conflicto, las grandes navieras decidieron redirigir sus cargueros por el borde del continente africano, el cabo de Buena Esperanza, que en el último año ha experimentado un aumento del 76% de su tránsito según datos de PortWatch, la herramienta que utiliza el Fondo Monetario Internacional (FMI) para monitorizar el flujo comercial marítimo a escala global.

El canal tuvo pérdidas de 800 millones de dólares mensuales desde el inicio del conflicto

El cambio de trayecto implica unos 15 días más de travesía y un mayor gasto en combustible, y aumenta el precio final de los productos. A pesar de ello, las principales compañías mercantes se niegan a volver, como Maersk, cuyos barcos han sufrido ataques hutíes en el último año. “Regresar a la zona sin garantizar completamente un paso seguro podría requerir nuevos ajustes en nuestras redes, lo que resultaría complicado tanto a nivel operativo como para la gestión de la cadena de suministro”, aseguró la naviera en un comunicado.

Del comercio mundial pasaba por esta ruta; ahora los barcos se redirigen por el cabo de Buena Esperanza

Pero el gran afectado por la guerra en el mar Rojo es Egipto, quien tiene el canal de Suez como principal fuente de ingresos, por encima incluso del turismo. Esta misma semana, su presidente, Abdelfatah el Sisi, anunció que las pérdidas en los ingresos del canal alcanzaron los 800 millones de dólares mensuales, y 7.000 millones de dólares desde el inicio de la crisis. A día de hoy transitan por esta vía menos de la mitad de barcos que antes de la guerra, en su mayoría buques chinos y rusos, que cuentan con el salvoconducto de Irán y la milicia yemení.

El 12% del comercio mundial pasaba por esta ruta; ahora los barcos se redirigen por el cabo de Buena Esperanza

“Solo el 3% del comercio de EE.UU. pasa por el canal”, escribió el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en el chat filtrado estos días, dando a entender que la ruta comercial podría no tener tanta importancia estratégica para los intereses norteamericanos. A pesar de ello, la administración Trump se ha lanzado de lleno a zanjar el conflicto en el mar Rojo y “verter fuego” sobre los hutíes. El objetivo es acabar con el trabajo que empezó su antecesor, Joe Biden, cuya coalición militar con el Reino Unido ha fracasado en detener los ataques del grupo en el último año, a pesar de su superioridad militar. Por ello, Trump anunció una nueva oleada de bombardeos sobre la capital yemení, donde se reportaron decenas de víctimas mortales.

Las relaciones entre El Cairo y Washington pasan por el peor momento en años a causa de la presión para que Egipto acoja a parte de la población de Gaza, un plan made in Trump al que Sisi se ha opuesto frontalmente. La endeudada economía egipcia –rescatada por un préstamo del FMI– no puede permitirse una prolongación de la guerra, aunque sus esperanzas están cada vez más lejos de las acciones de la Casa Blanca. Esta misma semana el gobierno egipcio ha firmado un acuerdo de 1.650 millones de dólares con una empresa china para desarrollar varias fábricas de metales en la zona del canal de Suez, consolidando aún más la ya fuerte presencia económica de China en la región. Con el favor de los hutíes y de Egipto, el gigante asiático es de momento el único capaz de capear el temporal en el mar Rojo .

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