Según testigos del ataque con lanzallamas en Boulder (Colorado) contra una marcha pro-Israel, ese es el momento más horrible que han experimentado en sus vidas. Para el Gobierno de Donald Trump, más allá del dolor de los 12 heridos, uno en estado crítico, supone una nueva oportunidad para estigmatizar a la población inmigrante.
El FBI investiga como un caso de terrorismo la acción del pasado domingo de Mohamed Sabry Soliman, egipcio de 45 años, vecino de Colorado Springs, quien presuntamente al grito de “Palestina libre”, abrió fuego (dicho nada metafóricamente) con objetos incendiarios caseros, como un pulverizador de jardín y cócteles molotov, contra una manifestación en solidaridad con los secuestrados por Hamas desde octubre del 2023. Casi desde entonces, estas marchas se repetían semanalmente.

Flores en las barricadas policiales frente al juzgado del condado de Boulder el 2 de junio de 2025 en Boulder, Colorado. (Chet Strage/Getty Images via AFP)
El acusado tenía 16 explosivos caseros, a los que recurrió al no poder comprar armas debido a su estatus migratorio
Después de solicitar asilo y serle negado un visado en el 2005, Soliman entró en Estados Unidos en agosto del 2022 con un visado que expiró en febrero del 2023, informó Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional. “El sospechoso del ataque terrorista de Colorado estaba ilegalmente en nuestro país”, señaló en un mensaje en X. “Solicitó asilo en septiembre del 2022”, matizó.
Esa petición, dijo McLaughlin a la NBC, todavía no se había resuelto. Esto le permitía tener permiso de trabajo y significaba que no había agotado todas las vías para seguir en el país. Otros medios matizaron, a partir de la misma portavoz, que esa protección ya caducó este pasado marzo.

Un policía hace guardia cerca del Palacio de Justicia del Condado de Boulder, el día después de un ataque que hirió a varias personas
Pero esta circunstancia fue lo de menos para alentar la retórica antiinmigración. “El horrible ataque de Boulder no será tolerado en Estados Unidos. Viene de la ridícula política de Biden de fronteras abiertas que ha dañado gravemente a nuestro país, y esto debe afrontarse con la política de Trump”, subrayó ayer el presidente de Estados Unidos.
“Este es otro ejemplo de por qué debemos mantener nuestras fronteras seguras y deportar a los ilegales, radicales antiestadounidenses de nuestra patria”, reiteró. Hubo analistas que apostillaron que el FBI no detectó a Soliman ni lo tuvo bajo su radar por peligroso. Así lo confirmaron los responsables policiales en una rueda de prensa.
El sospechoso, captado por los vídeos de los testigos con el torso desnudo y llevando en sus manos los recipientes que le sirvieron de lanzallamas, está considerado un lobo solitario. Parece descartado que tuviera cómplices o que militara en ningún grupo, si bien Mark Michalek, agente especial del FBI al cargo, comentó que indagarán cualquier posible conexión. Una vez detenido fue trasladado al hospital, donde le atendieron por heridas leves, propiciadas por el fuego, antes de ingresar en prisión.

Un hombre es entrevistado por periodistas junto a una barrera policial con cinta adhesiva, después del ataque a judíos en Colorado
Ayer lo trasladaron ante el juez, que ordenó prisión con una fianza de 10 millones de dólares. La acusación federal es por un delito de odio que “involucra raza, religión u origen nacional real o percibido” y le imputan un total de 16 intentos de asesinato. También se indicó que el desastre podría haber sido mucho más trágico. Hallaron otros 14 cócteles molotov preparados. Recurrió a estos artefactos porque no pudo comprarse armas debido a sus estatus migratorio.
El detenido confesó que hacía un año que preparaba su acción. “Quería matar a sionistas y que todos estuvieran muertos”, aseguraron que confesó. “Quería matar a sionistas y que todos estuvieran muertos”, prosiguió en sus respuestas. “Matáis a mi gente, yo os mato a vosotros”, añadió, a partir de esta versión.
De los 12 heridos, de los que cuatro se sumaron este mismo lunes, solo dos continuaban hospitalizados.
El horror de Boulder no hace más que acrecentar el temor por el creciente antisemitismo en Estados Unidos. Este nuevo caso se produjo a menos de dos semanas que un pistolero, también al grito de “Palestina libre”, acabara con la vida de dos empleados de la embajada de Israel en Washington. En abril, un hombre lanzó cócteles molotov y prendió fuego a la residencia del gobernador de Pensilvania, el demócrata Josh Shapiro, que es judío.
El presidente Trump, que tanto recurre al antisemitismo como argmento para justificar el arrebato contra universidades como Harvard o Columbia, ni siquiera citó a los judíos en su post tras el ataque de Boulder, en el que se limitó a culpar a su antecesor Joe Biden.