Varios broches de platino y diamantes, un Rolls-Royce Cullinan Serie II, el Monopoly de la ciudad de Lagos y docenas de árboles. Estos son algunos de los artículos más llamativos incluidos en las listas de regalos publicadas el fin de semana por el palacio de Buckingham, junto a cientos de artículos más comunes como gorras de béisbol, libros, dulces y botellas de whisky y ginebra.
Los acontecimientos extraordinarios del último lustro de los Windsor —el jubileo de platino y la muerte de Isabel II, la ascensión y la coronación de Carlos III y los cánceres del rey y su nuera, la princesa de Gales— han retrasado la publicación anual de la lista de regalos, y se dan a conocer ahora los obsequios desde el 2020 hasta el 2023, meses antes de la crisis de salud familiar.

El rey Carlos III de Inglaterra y la reina Camilla asisten a la misa de Pascua en el castillo de Windsor. EFE/ANDY RAIN
Isabel II recibió en sus últimos años cientos de regalos de simpatizantes, instituciones y mandatarios. La Real Fuerza Aérea de Australia le regaló seis chaquetas para sus perros de diferentes tamaños. En el 2021, la NASA le obsequió con una mascarilla mientras duraba la pandemia, y el mismo año el presidente Biden le agasajó con un broche floral y una caja de plata de Tiffany.
Durante su último jubileo, que marcó sus 70 años en el trono, la reina recibió, entre decenas de regalos, varios broches de diamantes y también otros presentes más sentimentales, como las fotografías originales regaladas por Mario Testino de los ahora príncipes de Gales, junto a un retrato que realizó el fotógrafo a lady Di en 1997, año de su fallecimiento, para Vanity Fair . La reina también recibió el mismo año un Ochipki, sombrero tradicional ucraniano, en reconocimiento al apoyo del país en la guerra.

Isabel II junto al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, en el castillo de Windsor.
Por su parte, lo más destacado que ha recibido el rey Carlos III fue el Rolls-Royce Cullinan Serie II, regalo del rey de Bahréin por la coronación. Cabe destacar que muy pocos de estos presentes son considerados propiedad privada. Como sucede en España, estas ofrendas a los miembros de la familia real pasan a formar parte de las colecciones reales, que suelen ser recopilaciones de arte, antigüedades y objetos históricos, custodiados por los monarcas, o en el caso de España, por Patrimonio Nacional, y que no se pueden vender ni enajenar, aunque puedan estar en su posesión. En el caso del Rolls-Royce de Carlos III, pasó a ser de la flota real y solo se usará en ocasiones oficiales.
Dada la afición del monarca por la horticultura y la agricultura, entre los obsequios hubo docenas de árboles y plantas de diversas personas que le deseaban lo mejor para su reinado. Precisamente, junto a su esposa, Camila, plantaron un árbol del rey de Suecia en los terrenos del castillo de Windsor el mes pasado.

Los príncipes Guillermo y Catalina, entonces duques de Cambridge, durante su gira por el Caribe.
Quienes parecen algo más opacos por el momento en este aspecto son los príncipes Guillermo y Catalina de Gales, que reciben cientos de regalos desde los nacimientos de sus hijos dada su popularidad. Solo han compartido los regalos que recibieron durante sus viajes oficiales. En su gira por el Caribe en el 2022, por ejemplo, recibieron un equipo de snorkel.
La realeza puede consumir cualquier alimento que se les regale, mientras que los obsequios perecederos con un valor inferior a 150 libras esterlinas pueden donarse a organizaciones benéficas o al personal de palacio. Algunos artículos, como las flores, se donan regularmente a hospitales, hospicios y residencias de ancianos locales.