El debate alrededor de la conexión de la Y ferroviaria vasca con Pamplona y, a partir de ahí, con el corredor mediterráneo sigue enredando la política vasca. Si hace un mes se convirtió en un factor capaz de perturbar las relaciones en el seno del PNV, con reproches cruzados entre representantes del partido en Gipuzkoa y Álava, en los últimos días ha salpicado a la coalición PNV-PSE, una alianza que gobierna las principales instituciones vascas y que viene ofreciendo una fortaleza reseñable.
El punto de inicio de esta última polémica está en una entrevista del lehendakari, Imanol Pradales, en El Diario Vasco, en la que se posicionaba a favor de que la conexión con Navarra se hiciese a través de Ezkio-Itsaso, basándose en un informe de 2018. “Fue en 2018 cuando presentamos una serie de alegaciones al Ministerio de Fomento de la época, hoy de Transportes. La posición del Gobierno sigue siendo la misma, en ese sentido”, indicó.
El PNV tiene la sensación de que el Gobierno central se decantará por la opción de conexión vía Vitora
La respuesta de sus socios en el Ejecutivo vasco no ha tardado en llegar, a través del secretario general del PSE, Eneko Andueza, quien le ha recriminado que actúe “como portavoz del PNV de Gipuzkoa” y ha señalado que no tiene “ningún complejo” en darle “un tirón de orejas”.
El tercer acto de esta controversia ha llegado cuando el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Díez Antxustegi, ha sugerido a Andueza que “le tire de las orejas a Sánchez” para acelerar unas obras que se alargan desde hace casi dos décadas. A partir de ahí, representantes de una y otra formación han agrandado la polémica con nuevos cruces de reproches.
Esta polémica llega en un contexto en el que desde el Ejecutivo central se viene deslizando la idea de que se apostará finalmente por acometer esta conexión vía Vitoria-Gasteiz, si bien la posición oficial es que aún se debe esperar a los informes técnicos sobre una y otra opción.
En el seno del PNV existe nerviosismo ante la sensación de que el Gobierno central pueda estar preparando el terreno para decantarse por la opción de conexión a través de Vitora-Gasteiz, una decisión que a su juicio perjudicaría a Gipuzkoa y Navarra y que, asimismo, podría tener un coste político.
La posición de los socialistas vascos, mientras, contribuye a alimentar esa sensación, de manera que queda la duda de hasta qué punto una decisión final en ese sentido, favorable a la opción alavesa, pueda tensionar las relaciones entre los dos socios en las principales instituciones vascas. De momento, la mera especulación de que el Ministerio se pueda decantar por la opción de Vitoria-Gasteiz viene generando mucho nerviosismo.