El pediatra Jesús Sánchez Etxaniz, trabajador en Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital de Cruces, ha sido amonestado por sus superiores utilizar recursos del hospital fuera de su horario laboral mientras asistía a una niña de 4 años en sus últimos momentos de vida.
Ha sido el mismo pediatra de este hospital ubicado en Baracaldo (Bilbao, País Vasco) quien ha informado de sus superiores jerárquicos le han “llamado al orden” por asistir a la menor y a su familia. El motivo de esta amonestación es que lo hizo fuera del horario de lunes a viernes de 8 a 15 horas.
Estos hechos han provocado una gran polémica social que ha culminado en una petición social en la plataforma Change.org, que dice así: ”Exigimos atención 24/7 en Cuidados Paliativos Pediátricos domiciliarios del H. de Cruces”. Este es el reclamo de miles de personas que se han unido en respuesta a la amonestación de Jesús Sánchez Etxaniz. A ella ya se han sumado casi 15.000 personas en el momento de publicación de esta noticia.
Acompañamiento
Los pediatras llevan años pidiendo al Ministerio de Sanidad una ley que recoja el derecho a la asistencia paliativa durante las 24 horas del día y los 7 días de la semana
Junto al pedido de firmas, se pueden leer las palabras del pediatra, que explica que ha decidido tomarse un descanso de su trabajo “para recuperar energías y motivación para tratar de seguir haciendo lo que me gusta”. “Estoy enfadado, rabioso y decepcionado con mis superiores jerárquicos, cansado de dar cabezazos contra un muro”, lamenta Jesús Sánchez Etxaniz en su escrito.
El pediatra repasa su carrera profesional en el ámbito de los Cuidados Paliativos Pediátricos domiciliarios. Explica que empezó en este sector hace ahora 13 años y que, desde el principio, le dejaron claro que solo podían ofrecer este servicio “de lunes a viernes no festivos, de 8.00 a 15.00h”. “Yo desde el principio argumenté que la muerte en los niños no entiende de horarios. Y que no era ético permitir que una familia pidiera ir a su casa para morir en su hogar, en vez del hospital, y luego dejarles sin esa asistencia el resto de las horas”, apunta.
Explica que, al tratarse de los primeros años que se ofrecía este servicio, pensó que este aspecto iría mejorando con el tiempo y que “desde el principio, en el equipo, decidimos prolongar de forma voluntaria la asistencia más allá de nuestro horario oficial en los finales de vida. Lo hemos hecho durante 13 años, mañanas, tardes, noches y festivos. Nunca nos lo han reconocido como trabajo, a pesar de solicitarlo repetidamente en los siguientes años. Pero al menos, hasta esta semana, nos daban una palmada en la espalda y miraban para otro lado. Nos dejaban hacer, bajo nuestra responsabilidad”.

Los pediatras de Paliativos recuerdan que la muerte no entiende de horarios y piden recursos para poder dar un servicio a los niños y a sus familias cuando lo necesiten, sin limitación de horarios
Sin embargo, ahora esto ha cambiado: “En las últimas 4 semanas hemos asistido al final de vida a una niña de 4 años. El control de síntomas ha sido complicado, y los aspectos emocionales que concurrían en esta familia, más. Hemos acudido en varias ocasiones al domicilio de madrugada. Ha supuesto un desgaste para las 2 enfermeras, la psicóloga y los dos pediatras. Pero nos quedaba el agradecimiento de la familia”, narra el pediatria.
Sin embargo, asegura que lo peor ha sido ver como, al día siguiente del fallecimiento de la menor, tanto él como el equipo que ha asistido a la niña fuera del horario laboral han sido amonestados. Explica que el argumento que sus superiores les han trasladado es que han estado “en la calle, con los recursos del hospital” en horas fuera de permiso.
“No puedo entenderlo”, lamenta Jesús Sánchez Etxaniz en su escrito, que recuerda que ya hace años que la Sociedad española de Cuidados Paliativos Pediátricos (Pedpal) solicita al Ministerio de Sanidad la promulgación de una ley que recoja el derecho a la asistencia Paliativa durante las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
“En estas condiciones me resulta muy difícil seguir trabajando (...). Quiero descansar para recobrar energías y motivación. Confío en volver. Pero, mientras tanto, quiero que la Sociedad conozca esta situación, que me consta que también ocurre en otras Comunidades. Y que cuando una familia pida ir con sus hijos a fallecer en su casa, exijan que se les dé atención continuada. Quizás las familias tengan más capacidad de convencer a los responsables”, termina el pediatra en su reclamo.