El lenguaje que usan los expertos y que adoptamos los periodistas al hablar de perfumes suele ser sectorial, a veces sofisticado y pedante, a menudo poético y siempre algo ambiguo. Pero detrás de toda la complejidad que envuelve el trabajo de creación y el de comprensión de una fragancia,- la misma que en otras artes -, hay algo muy simple y carnal. Algo tan de piel que solo puede responderse con el cuerpo.
En el caso de la relación con uno mismo la pregunta sería algo así como “¿me provoca este perfume 'hambre de más', adicción, ganas de repetir?”. Y en el caso de la vida social, “¿genera a los demás ganas de cercanía (en absoluto necesariamente sexual)?”. Al final todo se reduce a eso y es la razón por la que hubo perfumistas míticos que no dieron por finalizada una fragancia hasta que comprobaron que una de sus pruebas generó muchas preguntas por la calle.
Los perfumistas siempre comprueban si una fragancia genera preguntas por la calle
La Collection Privée de Christian Dior, formada por los grandes iconos de la firma, tiene una narrativa compleja y arrastra un trabajo artístico lleno de sutilezas difíciles de transmitir. Sin embargo al final la razón por la que lo tenemos en nuestros tocadores (cuando nos podemos permitir el lujo) es la más simple de todas: arrasa con nuestras emociones y provoca reacciones en el entorno.
Todas las creaciones que forman la colección privada tienen una personalidad marcada pero también, y me permito caer en la ambigüedad y la poesía, un enigma, una locura interna, un interrogante sin respuesta que enriquece la sensibilidad.

Francis Kurkdjian ha revolucionado las fragancias
Volviendo al mundo de los datos esta colección cuenta con 25 referencias. Como todo lo que tiene altura en esta vida ninguna se disfraza y vende de masculina o femenina. Una de las primeras fue New Look, perfume que hacía homenaje al estilo con el que el diseñador revolucionó la moda en 1947. El nuevo director de perfumes, el genio Francis Kurkdjian la ha revisado y como resultado hoy es una magnífica y misteriosa mezcla de aldheídos e incienso que deja una estela llena de matices ambarinos.
La última creación de la colección, realizada desde cero por él, habla de un rasgo que comparte con Christian Dior: la superstición. Detrás de un resultado sublime y diferente se encuentra la unión de los ingredientes que atraían la fortuna al diseñador, pedazos de madera en su bolsillo, con los que aseguran la suerte de Kurkdjian, terrones de azúcar.

Para Dior, la creación de los frascos de perfume es todo un arte
Los frascos, diseñados por Heidi Slimane, han cambiado muy poco en estos años. “El público no puede imaginarse el cuidado y la preocupación que conlleva cada nuevo perfume, el diseño del frasco y el empaquetado”, decía Christian Dior. “Es algo tan absorbente que me considero tan perfumista como modista”. Toda la colección Privée puede personalizarse con tapones envueltos en los tejidos emblemáticos de la maison: Pata de Gallo, Dior Oblique, Cannage, Toile de Jouy, Mitzah y Plan de Paris. Son los tapones de haute couture.
El público de 2025 ya ha empezado a reconocer que la creación de fragancias y la de los propios frascos, es un arte. Tal vez el arte que une en más ensamblada conexión la intelectualidad y la animalidad.