Cuando era una niña, Viktoriia Paskevych siempre miraba al cielo y, cuando veía un avión pasar, deseaba estar ahí dentro. Algo similar experimentó Ingrid Carrasco desde pequeña. Ambas tenían un sueño: ser tripulante de cabina de pasajeros, una profesión conocida por las siglas TCP y que cada 31 de mayo celebra su día mundial. Años después, tanto Viktoriia como Ingrid se enfocaron para conseguirlo. “Mi primer vuelo fue a los dieciséis años y en ese momento no solo me enamoré del ambiente que se respiraba en los aeropuertos, sino que supe a lo que iba a querer dedicarme durante toda mi vida”, cuenta Viktoriia, una joven ucraniana de veintitrés años.
Sin embargo, antes de iniciar su formación, tuvo que enfrentarse a uno de sus mayores miedos: el agua y la profundidad del mar, un reto clave para completar el proceso de selección. Y pudo con ello. Tras vivir en Estados Unidos durante un año, Viktoriia volvió a Europa, se instaló en España y buscó opciones de formación como TCP. “No sabía por dónde empezar hasta que tuve la maravillosa suerte de encontrar en internet una publicación de la Yellow Academy de Vueling”, explica. Después de hacer la solicitud y ser aceptada, Viktoriia, que ha estudiado Filología y habla cinco idiomas, supo lo que significa despertarse por las mañanas con ganas de aprender.
Viktoriia Paskevych, formada en la Yellow Academy de Vueling, camina hacia su próximo vuelo tras cumplir el sueño de convertirse en TCP
“La Yellow Academy es diferente a otros programas, y sé que en otro lugar no habría encontrado a profesores y compañeros, de todo el mundo, que te transmitan tanta pasión. Lo ves en la actitud y en sus miradas. Y, además, te hacen sentir como en casa”, cuenta. Esta formación consiste en un curso intensivo de un mes para obtener la licencia, aprobando el examen teórico y pruebas de salvamento marítimo, donde también aprenden a actuar en caso de amerizaje, es decir, en el caso de que el avión tenga que aterrizar de forma controlada sobre el mar.
A veces algunos pasajeros suben al avión de mal humor, preocupados y con miedo a volar. Cuando les recibes con una sonrisa y los escuchas, eso cambia”
Tras dos semanas de curso inicial, en la Yellow Academy se cursa el llamado Inflight servicio a bordo y el OCC que es el curso operativo de Vueling. “Siento que ha sido una gran oportunidad. Esta formación nos ha enseñado a mí y a mis compañeros cuál es el camino para lograr nuestro sueño poniéndolo a nuestro alcance”, asegura Viktoriia, quien tras cinco meses ya trabajando, rememora su primer vuelo como TCP con emoción. “La verdad es que lloré, pero de felicidad”, confiesa.
Preparadas para cualquier circunstancia
Mientras Viktoriia está comenzando a abrirse paso en esta profesión, Ingrid, aporta una amplia trayectoria y una sólida experiencia en el sector aéreo, que la han llevado a sentirse más ciudadana del mundo que valenciana. “Llevo más de doce mil horas de vuelo a cuestas desde que empecé. Es como si hubiera dado la vuelta al mundo… ¡sesenta y siete veces!”, explica como carta de presentación. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, Ingrid recuerda con cariño esos primeros vuelos junto a su familia —a su padre le habría gustado ser piloto—, y la ilusión que le despertaba observar a la tripulación.
Viktoriia Paskevych, formada en la Yellow Academy, desarrolla su carrera en Vueling centrada en la seguridad y el cuidado de los pasajeros
Su testimonio ejemplifica lo importante que es tener un plan y tener claro cómo llevarlo a cabo. “Sabía que para ser TCP cuantos más idiomas domines, mejor, ya que es esencial poder comunicarte bien con los pasajeros porque puede surgir cualquier emergencia médica, así que estudié inglés en Estados Unidos y francés en Francia”, cuenta. Después de una dilatada experiencia en vuelos de larga distancia, Ingrid pasó a formar parte en 2023 de, tal y como ella la define, “la familia Vueling”, superando nuevos exámenes y una formación previa también en la Yellow Academy. Y es que, en todo momento, la exigencia es máxima.
Todos los años nos examinan para que podamos seguir trabajando y nos hacen pruebas muy exigentes en simuladores y ante distintos escenarios”
“El papel de un tripulante es garantizar la seguridad y estamos muy bien preparados para cuidar a los pasajeros de la mejor forma. Nuestro principal objetivo es el bienestar de los pasajeros”, asegura Ingrid. “Por ejemplo, antes de volar, lo repasamos todo y nos hacemos preguntas sobre seguridad y salud, lo que llamamos fit to fly, para asegurarnos de que todo está bajo control. Además, todos los años nos examinan para que podamos seguir trabajando y nos hacen pruebas muy exigentes en simuladores y ante distintos escenarios que pueden ir desde las fuertes turbulencias hasta a una evacuación de emergencia pasando por atención médica”, explica.
Todos somos un equipo
Además, Ingrid no teme que puedan surgir imprevistos a bordo, porque confía plenamente en el trabajo conjunto de la tripulación. “En la aviación todos somos un equipo y todos ponemos de nuestra parte para solucionar cualquier situación inesperada”, explica. Junto con los conocimientos especializados en materia de seguridad y de salud, la buena educación y la empatía son esenciales. “A veces algunos pasajeros suben al avión de mal humor, preocupados y con miedo a volar. Cuando les recibes con una sonrisa y los escuchas, eso cambia”. Es importante acercarte a ellos y transmitirles tranquilidad. Eso les relaja y nos ayuda mucho a mejorar su experiencia”, asegura Viktoriia.
Ingrid Carrasco forma parte de Vueling desde 2023 y suma más de 12.000 horas de vuelo, con una trayectoria marcada por la vocación y el compromiso con la seguridad
Las vivencias de Ingrid y Viktoriia demuestran hasta qué punto es crucial la formación y el bagaje con el que comenzar la andadura como TCP. “Muchas veces la gente se cree que hemos decidido ser tripulantes porque no hemos querido estudiar. Y luego, conoces a compañeros que son ingenieros, médicos, enfermeros… Lo que pasa es que nos apasiona tanto esta profesión, que hemos tomado la iniciativa de dedicarnos a ella. Va mucho más allá de la pregunta: ¿qué quiere comer?”, remarca Ingrid. “Nosotros siempre estaremos ahí para lo que los pasajeros necesiten”, concluye Viktoriia. Para ambas su profesión es, sobre todo, su pasión.